Tragedia bíblica en cinco actos con prólogo, basada en un libreto de Père Bretonneau, estrenada en París en 1688.
Aunque Marc-Antoine Charpentier pasó la mayor parte de su carrera sin acceso a la Ópera, donde Lully gozaba del privilegio real, pudo sin embargo crear una obra maestra lírica en condiciones muy especiales. En 1688, el Collège Louis Le Grand, en la tradición jesuita de teatro, música y coreografía, puso en escena su tragedia lírica David et Jonathas, con actos intercalados entre los de la obra Saül. Esta obra musical se basa en un conocido tema del Antiguo Testamento, la profunda amistad -amor bíblico- de David y Jonathas, hijo del rey Saúl. Este último está convencido de la traición del joven David, que se ha pasado al campamento filisteo tras su destierro. El inevitable enfrentamiento entre sus ejércitos conduce al suicidio del derrotado Saúl y a la muerte de Jonathas en brazos del victorioso David...
La extraordinaria inspiración de la música de Charpentier, la fuerza dramática del libreto y la intensa emoción que emana de la obra la convirtieron en un gran éxito ya entonces, como demuestran varias reposiciones en otros colegios de jesuitas. Esta producción es un sueño barroco: representar el drama sacro David y Jonathas en la Chapelle Royale de Versalles, con una suntuosa escenografía de Antoine y Roland Fontaine, vestuario de Christian Lacroix, puesta en escena barroca y deslumbrante de Marshall Pynkoski, coreografía de Jeannette Lajeunesse Zingg, y la admirable visión musical de Gaétan Jarry al frente de unos solistas excepcionales. He aquí una vibrante versión de la fatídica historia de amor entre David y Jonathas...