Una invitación a embarcarse en una odisea traviesa, viva y colorista, un homenaje a las interminables tardes de lluvia...
Sin inspiración, seis jóvenes se sientan en un banco, aburridos como una ostra... Ahí comienza el viaje. Es en estos tiempos muertos cuando nace la imaginación y florecen las ideas más fértiles. Profundamente lúdica, esta oda al aburrimiento involucra a los cuerpos en un juego de construcción, una invitación a evadirse y construir una odisea de vagabundeo.
De portés a enredos, de desequilibrios a caídas, los intérpretes descubren nuevos mundos mientras deambulan, llenos de humor e ingenio. Sus cuerpos se retuercen, se entrelazan y se transportan. Juntos, escapan y construyen una historia que deja entrever los monstruos y las quimeras de paisajes lejanos e inventados. La danza se convierte tanto en un juego como en un desafío a las leyes de la gravedad. Con efectos mágicos, produce un libro de traviesas imágenes en movimiento con una energía contagiosa.